APERTURA ECONÓMICA
Autor: Juan de Dios Urrutia
Contreras - martes, 5 de diciembre de 2017
En primer término cabe señalar
que los países suelen definir su estrategia de desarrollo sobre dos sistemas
económicos que resultan, en la práctica, más o menos antagónicos.
El primero es el enfoque en una
economía cerrada al comercio internacional, basada en la sustitución de
importaciones, con la idea de conseguir el fortalecimiento de la industria
nacional y la creación de empleos. Esta estrategia se sustenta en la fijación
de trabas a la importación de bienes y servicios y a la fuga capitales. Para
ello se utilizan diversas herramientas tales como las Barreras Arancelarias,
los Subsidios a la producción local, las Cuotas de importación y otras barreras
No Arancelarias tales como la fijación de ciertos estándares de importación.
Las primeras son impuestos
aduaneros que propenden a incrementar el precio de los bienes importados que ingresan
al mercado local, los segundos son beneficios fiscales a los exportadores
locales de modo de favorecer su competitividad en los mercados externos; los
terceros corresponden a la fijación de un determinado monto máximo de importación
permitida de algunos bienes extranjeros y por último la fijación de
determinadas condiciones fito-sanitarias, componentes, insumos, etc. propios de
esos bienes.
La causa, como se dijo, es
intentar, por este medio, favorecer la industria nacional y contener las
variables macro económicas de empleo, consumo, etc.
Estas medidas suelen, por lo
general, ser efectivas por un período de tiempo breve, concluyendo cuando los
demás países toman, a su vez, medidas que apuntan en contrario.
Sin embargo, los beneficios de
este enfoque, a la postre, significan una disminución de la calidad de la
producción y por lo tanto de la competitividad asociada al producto. Como
efecto no deseado se produce un incremento en los precios para los consumidores
finales quienes terminan pagando más por productos de baja calidad, se disminuye
o en casos se anula la innovación. Por último el mercado queda limitado a las
fronteras físicas del país afectando el crecimiento.
Una economía abierta, por el
contrario, fomenta el intercambio, favorece el desarrollo de la innovación y la
competitividad, fomenta la especialización , el aprovechamiento de las ventajas
comparativas, crea nuevos mercados, mejora la calidad de vida de la población
quienes logran productos de la mayor variedad y calidad a precios menores y como
efecto incrementa el crecimiento económico.
Los países de la región tienen un
largo historial proteccionista, algunos hasta fechas muy recientes, habiéndose
movido "pendularmente"
entre una y otra opción. Las políticas económicas que promueve el presidente recién
electo por los EE.UU tienen un condimento en esa dirección.
Un ejemplo se puede ver en la
economía chilena, la cual a partir de la segunda mitad de los años 70 cambio su
estrategia de desarrollo, desde una economía centralizada, basada en la
sustitución de importaciones y en una cada vez mayor participación del estado
en la propiedad de las empresa, hasta una economía de libre mercado basada en
la iniciativa privada y abierta al comex.
Es Chile unos de los países de
mayor apertura comercial de Latino América, con diversos TLC con las mayores economías
mundiales tales como EEUU, China; UE, India, los que le entregan un
mercado potencial de más de 5.000 millones de consumidores. (Ver gráfica
que muestra la evolución del PIB chileno, el que va de la mano con las medidas
de apertura indicada - Banco Mundial)
En resumen, la apertura económica
favorece la calidad de vida de la población, otorgándoles variedad de bienes,
de alta calidad a bajos precios y al alcance de sus capacidades. (Existen
muchas otras ventajas como se señaló; pero en definitiva la apertura no es un
fin en si mismo, sino la mejoría en las condiciones de vida de las personas)
Cordialmente,
JdD
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